El misterio de La otra isla, un isla azul, de diferentes tonos

portada_la otra islaEl margariteño Francisco Suniaga se estrenó hace unos años como escritor con la novela La otra isla. Y vaya estreno, de los mejores. De esos que prometen y no defraudan. Un libro muy recomendable para leer en estos días en los que uno no sabe si jersey gordo o camiseta, si galletas o tarta.

Suniaga tiene la destreza de trasladar al lector de la mano de extranjeros y locales a la isla caribeña de Margarita. Entre uvas de playa, calor sofocante, alcohol y animales que pelean, este veterano de las letras crea una historia dentro de otra que atrapa desde el principio.

Resumen: La alemana Edeltraud Kreutzer viaja a la isla Margarita con la intención de esclarecer la causa de la muerte de su hijo, Wolfgang. Al parecer, una misteriosa carta sugiere que Wolfgang no murió ahogado en el mar, sino que fue asesinado por su mujer Renata y su amante, Richard.

Al llegar a la isla, Edeltraud se da cuenta de que no podrá sacar nada en claro en poco tiempo sin la ayuda de un nativo. Es entonces cuando se pone en contacto con el abogado José Alberto Benítez. Benítez se meterá de lleno en el caso y descubrirá que, en realidad, Wolfgang podría haber sido víctima de la otra isla, una isla cruel y salvaje gobernada por la violencia, el alcohol y el dinero de las peleas de gallos.
galloBenítez descubre también que Wolfgang y su mujer, Renata, decidieron dar un giro radical a sus vidas y se mudaron a la isla caribeña de Margarita. Se compraron una casa, la reformaron y se hicieron con un chiringuito en la playa. El joven matrimonio parece vivir en una luna de miel constante, hasta que una noche de insomnio, Wolfgang se ve atraído por el canto de los gallos de la finca de al lado. Al día siguiente decide ir a visitar la casa y descubre que sus vecinos son criadores de gallos de pelea. Estos animales llegarán a convertirse en su gran obsesión. Dejará de lado a su mujer y su negocio para dedicarse de lleno a criar sus propios gallos. “Y Wolfgang resultó ser un gallero alemán”, declarará Fucho, el dueño del criadero de gallos, al abogado Benítez durante un interrogatorio. Wolfgang pensaba que si anotaba todos los datos, comportamientos de los animales y observaciones de las peleas sería capaz de predecir los resultados. Inventará, incluso, un sistema de crianza y entrenamiento para hacer a los gallos más fuertes. En definitiva y como bien describe Fucho, el alemán se quedó “lelo por los gallos”.
Además, en paralelo a la investigación sobre la muerte de Wolfgang, el abogado Benítez se ve abrumado por un extraño sueño, que su colega, el psiquiatra excomunista, Pedro Boada le ayudará a resolver.
Así, entre conversaciones históricas, pasionales culturales y políticas, los personajes irán resolviendo sus dudas.

Pero en realidad, la intriga acerca de la causa de la muerte de Wolfgang, la historia de amor entre Renata y Richard, las peleas de gallos y el sueño misterioso Benítez sirven a Suniaga de excusa para hablar de lo que de verdad importa en este libro que es la isla de Margarita. Un lugar exótico y maravilloso que parece esconder un equilibrio perfecto entre el caos y el orden, entre la violencia y la paz, entre la pasión y la pasividad.

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“Debió tratarse de una deidad caribeña que arrebatada por algún delirio tropical de los tiempos cuando el arte no existía, compuso un paraje hermosamente absurdo: el mar, el cielo y hasta el olor del aire, azules. Aunque no del mismo tono.” Y es verdad. Yo no lo podría describir mejor.

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